
Deportado: Quique González ofrece aquí su particular visión de la realidad cubana, tras una visita a La Habana de la que volvió profundamente decepcionado y consternado por la situación que se encontró. Consigue trasladarte a uno de sus barrios más pobres y contemplar la trágica vida a la que se han de enfrentar los cubanos, dibujando un cuadro realista donde cobran importancia hasta los más mínimos detalles. El mismo Quique se ocupa del piano y Raya hace su primera incursión con la guitarra eléctrica dándole consistencia con unos tenues acordes. Pero es de admirar la capacidad del madrileño para retratar de una forma tan milimétrica lo que allí se vive.
"Pero la calle está repleta de soldados.
Yo tengo sentimientos deportados
y brillan las trompetas
en las ciudades azules
con ventanas al mar."
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