El viernes junto a mi camarada J. Javier Fraiz, me quité la espinita, de no ver a este animal del escenario, “Elliott Murphy”, el pasado 11 de enero en Pontevedra. Y pienso que mereció la pena, ya que el concierto de Pontevedra fue en formato acústico. Lo del viernes fue una lección magistral, de lo que debe ser un concierto de Rock And Roll.Al quinto tema, el teatro dejó de ser un teatro para convertirse en una sala de conciertos, y las butacas estorbaban y no daban su habitual servicio, de ser posada de nuestros culos. La banda que lo acompañaba “The Normandy All Stars”, sonaba de aútentico lujo, y nos despacharon con 2h15’ de Rock And Roll puro y duro.
Sonaron temas de su último trabajo: Making friends with the dead, 40 days and 40 nights, Pneumonia Alley, A touch of kindness…y el grueso del concierto, su lista interminable de clásicos: On Elvis Presley’s birthday, Change will come, Drive all night, Diamonds by the yard, I wanna talk to you, Sonny, Euro Tour, y no podía faltar, Last of the rock stars…temas como Green River o Dragon, que van camino de convertirse en clásicos, una versión del Gloria, de Van "The Man". Pero fue una enorme versión del Terraplane blues de Robert Jhonson, lo que hizó que solo por esa monstruosa interpretación, con la que nos obsequió Elliott, ya mereciera la pena desplazarse A Estrada.
El año pasado, nos desplazamos por primera vez al Marzopop, para ver a uno de los grandes, Gary Louris, este año le tocó el turno a Elliott…y el año que viene, esperamos volver A Estrada... a ver a otro de los grandes.
Que mala suerte que te descubrimos por tu 4ª edición, Marzopop.
Un segundo antes, las semanas pasan como de costumbre, la monotonía diaria se antoja la única novedad en tu diaria monotonía. Y así pasas las semanas, con visitas cada 19 horas, a la única amante que sabes que nunca te va a fallar, la de 180 por 80. Y que coño… tú estas mejor, te has acostumbrado a eso, y cuándo no lo tienes, lo extrañas desesperadamente. Un segundo antes, los fines de semana los planificas como a ti te da la gana. Que sería de uno, sin esos sábados, tirado junto a tu amante, sintiendo la lluvia golpear con una violencia inusitada contra el tejado, hasta la hora en que la Anita te deja en pelotas, gritándote que, o xantar ya esta preparado. Tirado después en el sofá de tu salón (que últimamente le hace la competencia a mi amante), en pijama y bata, viendo como en cualquier parte del mundo se matan a tiros, o que el individuo decide ocupar un territorio porque le sale de los cojones, mientras te tomas un café solo bien cargado que acompañas con un winston. Y esas tardes de vinos, con algún coleguita de años de visitas frecuentes a amplias salas acristaladas. Y los festivos, en los que la compañía de los taxidrivers, hombres de trajes gris, huracanes, fitipaldis y locos, te hacen sentir bien, y hasta cantas, jodidamente mal, pero te sientes como un Rock Star…Todo lo que siempre has soñado con hacer, con tus 27 
