lunes, 19 de febrero de 2007

El Taxi

A Coruña 16/02/07

Hay noches, en las que uno sabe perfectamente como va empezar todo, pero malamente, recordará a la tarde siguiente, como terminó. En este caso, recuerdo que todo acabó en un par de colchones atravesados, en un piso de Castro de Elviña, soñando con un jodido Mapache, o tal vez no lo estaba soñando.

Pero en esta ocasión, mejor que el final, fueron los momentos previos, a bordo de un taxi, en el que, Santo Jack destilaba por todo el Skoda. Creo que fue la carrera más delirante, que el jodido taxista recordará en toda su vida. Improperios contra pobres chóferes de empresas de alimentación, fumando en centros de trabajo sin almorzar, más insultos contra quinceañeros, en motos suicidas, sin riesgos de seguros, nativos desalojando el Octavia en marcha, por Curros Enríquez. Si bien creo también, que los diez maravedíes que nos cobró, pudo ahorrárselos y regalarnos semejante carrera.

…por lo menos, al cobrador de la carrera, le quedó bien claro que éramos de Cea… y no de la Carballeira…


Por descontado, GRACIÑAS, a mi hijo putativo, a mi hermano y sus oriundos camaradas, por acompañarme en mi primera incursión por la noche coruñesa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo mola. Y qué acertada la canción

Nalyd dijo...

Parte de culpa, de que pasemos noches como esa, la tienes tú, cabronazo...bueno, y un poco también, la puta calderilla del TDI.

PD: tenemos una pendiente en marzo, que espero, por lo menos, sea tan buena como esa.

Bruno Rico dijo...

Y parece que fue ayer...
aunque ahora parezcan lejanos, están grabados a fuego.

Como ya escribieron otros antes... lo importante no es el lugar, sino los compañeros de viaje.

Un honor y aún encima un auténtico placer.