viernes, 13 de abril de 2007

Discos del S. XXI (VI)

En Careless Love, Madeleine Peyroux se mueve como pez en el agua entre el blues, el jazz clásico y las baladas country, y demuestra que sabe hacer suyo cada uno de los temas, tanto los clásicos como las nuevas composiciones. Además de poseer un talento indiscutible, cuenta con un repertorio fantástico, selecionado por Larry Klein, que incluye temas de Leonard Cohen, Bob Dylan, Hank Williams y W.C. Handy -un curioso grupo de “outsiders”-, y que parece una antología de la mejor música del siglo pasado.

En sus interpretaciones, Peyroux respeta los clásicos y demuestra tener oficio. Su voz recuerda a la de Billie Holiday en los años treinta, cuando aún sonaba fresca, pero sabe crear un estilo propio y personal, desmarcándose de las comparaciones y volcando el estilo Holiday en melodías y ritmos completamente distintos. En la más pura tradición del jazz, utiliza la voz como si se tratara de un instrumento más y le aplica un tempo lento, en el que arrastra las notas suavemente y quiebra con delicadeza las notas altas.

Madeleine no es una cantante al uso: su voz parece la de alguien que tiene a sus espaldas una vida larga y compleja, llena de experiencias. Con un estilo vocal muy personal, mezcla entre la cantante bohemia de un café parisino y la de un club de jazz de los 20 o 30, interpreta con sorprendente facilidad temas complejos y estándares difíciles de personalizar.

En 2004 y tras ocho años de ausencia, apareció su segundo trabajo en solitario, “Careless love”, que ha supuesto un relanzamiento en su carrera y le ha abierto las puertas de importantes festivales y clubes de jazz tan emblemáticos como el Blue Note de Nueva York.

Es justo que decir que Madeleine Peyroux brilla por sí sola en el espectro musical, interpretando canciones intensas con una calidad indiscutible.En “Careless love”, los temas más dispares aparecen unificados bajo arreglos basados en ritmos sincopados y giros de fuerte acento europeo, enraizando tanto en los sonidos del sur profundo de los Estados Unidos como en el esplendor del jazz francés de entreguerras. En algunas ocasiones, los temas recuerdan a Django Reinhardt, y en otras a los inicios del cabaret o al sonido de Fairground Attraction.

En general, la combinación de los arreglos y la voz cálida de Madeleine restan buena parte del dramatismo que algunos temas tuvieron en su día, aunque sin pérdida de su carácter fundamental, como es el caso del tema que abre el disco, "Dance me to the end of love", una composición de Leonard Cohen que aparece en su disco de 1985 “Various Positions”, en la que destaca el bajo de David Piltch, y también del tema de Bob Dylan “You`re gonna make me lonesome when you go".

Lo mismo ocurre con “Careless love”, un conocido blues de W.C. Handy, y "Don`t cry baby”, que fueron popularizados por Bessie Smith en los años 30 y que cobran aquí un nuevo aire con los originales arreglos de piano y órgano, ejecutados con soltura por Larry Goldings.

Sin embargo, en “No more” y “I`ll Look Around”, dos temas que interpretara Billie Holiday, se ha respetado el tono original en todos los sentidos, lo que permite comparar peligrosamente ambas versiones, con resultados más que satisfactorios. En este tipo de piezas, Madeleine Peyroux demuestra extensamente su talento y su personalidad.


El tema principal del disco, “Don`t wait too long”, compuesto por Madeleine Peyroux y Jessie Harris -premiado por su trabajo con Norah Jones-, con letra de Larry Klein, es una bonita melodía en la que la cantante muestra su poder de expresividad. Resulta encantador el modo en que a veces introduce vibratos o silencia la voz con delicadeza en las notas altas, así como sus ocasionales giros de cantante country.

También destaca en el disco "Between the Bars", que en palabras de la propia Madeleine, “es un homenaje a Elliott Smith, a sus destacables canciones y a su trágica vida”, una triste melodía que suena moderna, sin desentonar con el conjunto, cuya letra relata el infierno del alcoholismo.

Otro de los platos fuertes de este disco es "J`ai deux amours", un estándar del cabaret que lanzó a la fama Josephine Baker, al interpretarlo para las tropas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndolo en un símbolo de la alianza entre Francia y Estados Unidos, y que en la versión de Madeleine Peyroux adquiere una mayor entidad y un encanto propio de otra época.

Por último, merece atención "Weary Blues", de Hank Williams, tema ya comentado, que en esta versión renovada sigue siendo lo que fue en origen: un lamento de descendientes de esclavos, interpretado con alma y maestría.

En cuanto a los músicos que acompañan a Peyroux, merecen una mención Dean Parks, por su excelente guitarra, respetuosa con las versiones más audaces; Larry Goldings, que aporta su sabiduría y buen hacer en los teclados; David Piltch en el bajo y la trompeta del virtuoso Lee Thornburg.


4 comentarios:

Olvido A. dijo...

En realidad a mí no me recuerda en nada a Lady Day. Algún día, el encargado de Marketing decidió colgarle la comparación y ahí seguimos.
La Peyroux es buena. Sabe como nadie meter en una coctelera el folk y que sepa a jazz. Pero no sé, ¿Lady Day?. Billie cantaba con un hilito de voz, no llegaba y ese fue su mérito o estilo. Madeleine llega y se sobra. Billie transmitía en cada nota su vida difícil, su infancia complicada, sus relaciones escabrosas. Peyroux transmite una vitalidad tremenda.
Bueno, eso es lo que creo...

Besos

Nalyd dijo...

Gracias por tus siempre interesantes comentarios, y por pasarte por este recuncho, de vez en cúando, Olvido. Un saúdo.

Anónimo dijo...

Hola, soy la autora de esta reseña del disco de Madeleine Peyroux y te agradezco el interés en publicar mi texto, que cedo encantada, pero me hubiera gustado que me pidieras permiso, aunque solo fuera por respeto.
Este trabajo fue un encargo de Tierrafolk.com, a quien me consta que tampoco le habéis dicho nada.
Un cordial saludo.

Nalyd dijo...

Hola Ana, te pido disculpas por no haber pedido permiso para publicar tu reseña en mi blog, pensé (pensar en la tierra de mi madre es cosa de burros) que enlazando
la página de la que procedía, quedaría claro que no era un texto mío. Aún así, si a ti o la gente de Tierrafolck.com os molesta, no tendré ningún incoveniente en retirarlo a la orden de ya. Un saúdo y nuevamente mil disculpas.