martes, 26 de junio de 2007

Discos del S. XXI (VII)

Después de una semana escuchando el nuevo disco de Mr. Adams, Easy Tiger, quería dejar constancia a través de palabras robadas, como suele ser habitual en un servidor, del disco más redondo y perfecto que ha publicado este jodido cabronazo. Palabras robadas a un tipo, Jolbbe, con el que suelo coincidir, en casi todas las ocasiones que comenta un disco.

Las joyas de Gold.

1. NEW YORK, NEW YORK: 10. Guitarra acústica para comenzar, órgano, batería y voz para continuar. Adams utiliza a una de las ciudades más importantes del mundo para construir una excelente canción donde refleja un estado de felicidad no habitual en sus canciones. Es destacable el empleo de metales en los últimos momentos. Como anécdota comentar que el videoclip de este tema se grabó delante de las torres gemelas tres días antes de ser derribadas el trágico 11 de Septiembre, con lo que se convirtió en un himno dedicado a los ciudadanos de Nueva York.

2. FIRECRACKER: 8. La armónica comienza su propio recital en el segundo corte, el piano también hace acto de aparición, junto a la batería y la acústica. Después también aparece el bajo y el órgano. Manteniendo la actitud positiva y alegre, Ryan se desmarca de su comentada actitud autodestructiva para ofrecer una cara distinta a la que suele mostrar.

3. ANSWERING BELL: 8. La primera vez en la que se hacen notar influencias del soul blanco es en la tercera canción, especialmente rico en lo que a instrumentación se refiere: banjo, guitarra acústica, steel y eléctrica, banjo, bajo, órgano y coros (de Adam Duritz). Justo antes de llegar a uno de los puntos álgidos del disco, se persiste en la dinámica positivista de los 2 primeros temas.

4. LA CIENEGA JUST SMILED: 10. Una de las creaciones más conocidas de Ryan Adams es esta bella oda a la tristeza. De forma absolutamente genial, compone una historia tremendamente emotiva y la adorna con una ambientación instrumental realmente enternecedora, melancólica y exquisita. La interpretación vocal es magistral y deja claro quién es Ryan Adams, poseedor de una capacidad de profundización y evocación que muy pocos artistas conocen. Unos preciosos acordes de piano y de guitarra acústica, junto a un excelente ritmo de batería preceden a la dolorida voz de Adams, justo antes de que irrumpan unos preciosos arreglos de cuerda. Impresionantemente buenos los segundos de la guitarra acústica en la parte central en los que se queda a solas. Cuando afirmo que es un genio es por canciones como esta. Quien no la haya escuchado, está tardando en hacerlo. No quedará defraudado. Cuando escuche quebrarse la voz a Ryan cuando dice: "... One breaks my body and the other breaks my soul...", no tendrás más remedio que escuchar el disco entero en busca de otras joyas que estén a la altura de "La Cienega...". Si no ha quedado claro, es una mis canciones favoritas, no sólo de este artista, sino de toda la música que he escuchado.

5. THE RESCUE BLUES: 10. He de advertir que a partir de ahora podría decir de casi todos los próximos cortes que son mis favoritos, porque el nivel general del disco es muy alto. Pues bien, este quinto corte es uno de mis favoritos. Es un grandísimo homenaje al blues, en el que predominan el piano, la batería y la guitarra eléctrica, sin duda esta última en una de sus más brillantes intervenciones. Los coros son excepcionales y hacen de esta canción un estupendo ejemplo de este magnífico estilo musical. No hay más remedio que destacar otra vez la interpretación de Adams, ya que vuelve a sorprender con una versatilidad inverosímil. El final instrumental es precioso. Muy recomendable.

6. SOMEHOW, SOMEDAY: 8. A modo de paréntesis, Adams aparca el ritmo nostálgico y decadente para volver a la vía luminosa de los primeros temas. Da un nuevo giro a su interpretación, de forma que a veces uno se pregunta si canta el mismo artista que hace dos canciones. Destaca aquí también el órgano, la batería, la guitarra acústica, el piano y la guitarra eléctrica. Es muy reseñable el estribillo, el momento en el que se funden todos los instrumentos.

7. WHEN THE STARS GO BLUE: 10. Cuando antes calificaba a "La Cienega..." como una de las canciones más conocidas de Ryan Adams, tenía en la mente este "When the stars go blue" como tema emblema de su estilo. Incluso ha sido versionada por The Corrs y Bono (Andrea es la pareja de Ryan). El aire decadente y depresivo vuelve a marcar el tono de esta frágil composición, con una interpretación tan sentida que parece que la voz vaya a romperse en mil pedazos en cualquier momento. Especialmente emotivo es el estribillo, con esos tristes susurros que se acaban consumiendo como si fuera el último soplo de aire que le queda al cantante y que supone uno de los instantes más brillantes de toda la carrera de Adams, hasta el punto de que en mi opinión aún no ha hecho una canción mejor que esta, a pesar de que hay muchas que están casi a su altura, si tenemos en cuenta su talentosa y prolífica creatividad. Una dolida voz es secundada por una tímida guitarra acústica al comienzo, para ir sumándose poco a poco el resto de instrumentos: el bajo, las programaciones, la batería y el piano. No hay duda de que es una de las canciones más bellas que ha creado el bueno de Ryan. Imprescindible.
8. NOBODY GIRL: 10. De nuevo guitarra acústica, órgano y batería inician el corte, que aparentemente va a ser uno de los más relajados de todos. Se suman la voz y la guitarra eléctrica y van construyendo un ritmo tranquilo, sin sobresaltos, en los que el cantante deja por los suelos a su antigua pareja (pobre Winona). Así transcurren los primeros tres minutos y medio, hasta que la guitarra eléctrica del propio Ryan toma las riendas, primero durante solo unos segundos y volver a soltarlas, pero más tarde para no dejar de atronar y darle un giro de 180 grados al tempo de la canción, sobre todo a partir de los 5 minutos (dura casi 10). De ahí al final, prácticamente es un monólogo de guitarrazos, con la secundaria aportación de los coros de Chris Stills y de Ethan Johns. La manera que tiene este tema de ir ganando intensidad poco a poco es magnífica y como es de una duración tan extensa, al final casi no recuerdas el sonido tan sosegado de los primeros minutos. Una genialidad más de Mr. Adams.

9. SYLVIA PLATH : 8. En un guiño a la escritora Sylvia Plath, se retoma el ritmo tranquilo de algunas de las canciones de "Heartbreaker". Tan sólo un piano y un tímido violín dan forma a esta apagada canción, en la que el norteamericano cita nuestro país por única vez hasta ahora. No es de los momentos más brillantes, pero es una canción digna de este disco.

10. ENEMY FIRE: 9. El intimismo anterior contrasta con el décimo tema, un fuego enemigo que desprende guitarrazos por todas partes, tantos que prácticamente parece estar hecho para el lucimiento del Ryan Adams guitarrista y no de su faceta de intérprete. Lo secunda una batería que también adquiere un protagonismo especial y un bajo. Personalmente me encanta, la encuentro una canción muy enérgica en comparación con la dedicatoria a Sylvia Plath y sirve para relanzar el disco, que ya va por la decena de temas y al que aún le quedan otros seis, para disfrute de todos los que estén escuchando el disco con intensidad. La letra es muy corta, ya que se centra en el apartado instrumental, pero es buena.

11. GONNA MAKE YOU LOVE ME: 8. Adams vuelve a cambiar de tercio al abordar un tema auténticamente country. Podría haberse incluido perfectamente entre los temas rápidos de Heartbreaker. Guitarra acústica y eléctrica, bajo, batería y órgano dan forma a uno de los cortes más conocidos de Ryan pero esta vez no por su calidad, que también, sino por haber sido incluida en la BSO de la película "Sweet Home Alabama". El film es absurdo y bastante malo, pero la canción sí que merece la pena.

12. WILD FLOWERS: 10. A estas alturas del disco, cuando casi todos los demás suelen decaer y colocar canciones mediocres, Ryan introduce la primera de las dos gemas que vienen a continuación y que corren el riesgo de pasar desapercibidas si el oyente está ya algo cansado después de tantas canciones. Si es así, aconsejo que se haga un descanso antes de prestarle la atención que merece "Wild Flowers", una canción extremadamente sutil y delicada, pero extremadamente buena. La acústica de Ryan da paso a su frágil voz, que parece más afectada que nunca, apenas se escuchan sollozos de un alma en pena. Pasado el primer minuto, el bajo, la batería y las cuerdas comienzan a sonar discretamente, hasta fundirse en el estribillo. Puede que no esté entre las preferidas de mucha gente, pero para mí tanto esta como la siguiente canción son de las mejores que le he escuchado a Adams.

13. HARDER NOW THAT IT'S OVER: 10. Esta es la segunda joya "oculta" a la que hacía antes referencia. Es similar a la anterior, diría que son hermanas gemelas, sin duda ambas son de una calidad extrema. Quizás lo que las hace diferentes es la nuevamente magistral interpretación vocal de Ryan, sobre todo en el estribillo, cuando alarga las notas de esa forma tan emotiva. A conseguir ese efecto acompaña la guitarra steel, además de la acústica, batería, las cuerdas (que arreglos tan sutiles), el piano y la mandolina. Es realmente precioso el solo final de guitarra eléctrica, en un nuevo acercamiento al blues. Una verdadera maravilla.

14. TOUCH, FEEL & LOSE: 10. Para demostrar que las últimas canciones son tan buenas como las primeras, Ryan cambia de palo por enésima vez y se pasa al soul. Este es el guiño más claro a Van Morrison al que hacía referencia al principio de la opinión. Tras el par de gemas intimistas, viene ahora algo distinto, marcado por la guitarra eléctrica, la batería y los coros que aparecen en el estribillo, cuando más intensa es la instrumentación. Lo más novedoso es la aparición de trompeta y saxofón, los instrumento que hacen tener al malhumorado pero genial irlandés en la cabeza. Desde luego, la letra es mucho más cruel que las anteriores, da todo un repaso a una pobre chica que, por lo visto, fue bastante ingenua.

15. TINA TOLEDO'S STREET WALKIN' BLUES: 8. Y vuelve a cambiar de estilo. Esta vez le toca de nuevo al combo blues- country - rock que tanto le gusta a Ryan Adams. Un tempo alejado de la tónica de los últimos temas, vuelve al ritmo acelerado que no se escuchaba desde "Gonna Make you love me". Muy acertada de nuevo la guitarra eléctrica, a la que acompaña el piano, la batería, la guitarra slide y los coros. Destaca el momento en el que, hacia los 3 minutos, se queda a solas Ryan y su corista para volver con toda la fuerza, para culminar con un agitado ambiente, con la guitarra desmelenada.

16. GOODNIGHT, HOLLYWOOD BLVD: 8. Si el viaje de "Gold" comienza en Nueva York, concluye en la costa oeste, en Los Ángeles. Para la despedida, Ryan Adams vuelve a recuperar el sonido pausado y vuelve a confiar en el piano y los arreglos de cuerda para decir adiós, aunque por suerte solamente es un hasta luego. Como ya hiciera en su debut, vuelve a concluir su segunda obra con una canción calmada. Hasta la próxima Ryan, ha sido un placer.


"Gold" es un disco obra de un roquero de raza. De uno de esos tipos que viven a tumba y corazón abiertos, sin reparar en los frenos que la gente corriente pisa a menudo. Él es de esa otra gente: de la que no espera al sábado por la noche para montar una fiesta en cualquier lado, preferentemente en la casa de otro. De la que fuma, bebe, se droga y escribe canciones como si cada día fuese el último. Y de la que debajo de su pinta y maneras de duro, esconde un corazón que se rompe a la mínima sacudida (Enrique Martínez).


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mí, las tres mejores canciones de este disco son, por este orden, Firecracker, When the stars go blue y La Cienega...
Aunque todo el disco es buenísimo.
Repito, este tío es un mamón.

Anónimo dijo...

DIOS MÍO, QUÉ DESPISTE!! Por supuesto, Wild Flowers tiene que estar entre el selecto grupo. Buenísima!!

Nalyd dijo...

... y The Rescue Blues, y Touch, Feel & Lose, y Nobody Girl, y Gonna Make You Love Me...

Oiste J. Javier Fraiz, yo pienso que a este tío si viene por aqui, no se le puede perdonar de ninguna de las maneras. Por cierto, me gusta tu declaración de intenciones.

P.D. Si quieres comer el domingo en casa, avísame con tiempo.

Aníbal dijo...

"La Cienega..." es una de las canciones que más me gusta de R. Adams en dura pugna con "Call me on your way back home" de Heartbreaker. A ver si viene este año a España!
Para mí su mejor disco está entre Heartbreaker, Demolition y Cold Roses, pero a este le sobran varios temas.