Con frecuencia intentas seguir los mismos pasos, que en anteriores ocasiones te llevaron al lugar deseado... pero esta vez sabes que llegar, va a ser tarea complicada.
Miras atrás, recordando aquellas tardes en las que tu única preocupación, era como salir de casa burlando la vigilancia de tus seguratas. Era complicado, pero siempre acababas en el lugar soñado: un mar azul rodeado por los dos lados de alfombras verdes, con descosidos abujardados a uno de los lados; una alfombra roja, que en determinadas ocasiones, convertíamos en nuestra particular tierra batida de París, pero que en el fondo sabíamos que siempre sería nuestro Bernabeu; o aquellas excursiones monte a tráves, donde los vamos azules, siempre volvíamos de regreso con una sonrisa de oreja a oreja.
Con el paso de los años, ese mar azul se convirtió en una "piscina municipal" y la alfombra roja en un "polideportivo municipal", también con el paso de los años, ya no teníamos que burlar las medidas de seguridad de "Casa Remedios", a pesar de todo ello, siempre seguías encontrando ese lugar al que querías llegar. Con el paso de los años también has cambiado tu viejo reloj analógico Sanyo por un tremendo Festina (con el precio del puto Festina, te comprabas quince Sanyo), has cambiado tu larga melena (sacudida por el vientecillo de la libertad) por una caída de pelo que con resignación, empiezas a lucir alegremente, has cambiado las madrugadas de El Roblecito por las madrugadas entre losas centenarias de Oregon... has cambiado tu vieja BH naranja de cross por un TDI negro mágico, has cambiado tus ahoras por imágenes en multicolor...
Ahora te levantas por las mañanas, deseando encontrar algún jodido lugar en el que quedarte... te miras al espejo, pero te sigues viendo más perdido que un náufrago al que no le quedan islas para naufragar.
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