martes, 21 de noviembre de 2006

Discos del siglo XXI (II)

Probablemente uno de los mejores discos de rocanrol editado en España.


Después de que Quique González dejara su discográfica tras editar Pájaros Mojados quedaba el interrogante en el aire de qué pasaría con su música y su futuro. Sin una discográfica detrás, el camino del Madrileño se adivinaba largo y tormentoso. ¿Sería capaz de llevar el sólo todos los aspectos de composición, gestión y promoción que conlleva sacar un disco? En ese momento comenzaba el salto al vacío de uno de los compositores más respetados de los últimos años.

Kamikazes Enamorados supuso una arriesgada propuesta por parte de un músico inquieto empeñado en escribir buenas canciones:
“Estaba obsesionado con la idea de crear, de construir, no de pelear. Quería hacer un disco lo más puro y hondo posible, hacer algo casi de raíz, orgánico, que sonara la madera del violín, la respiración, las palabras.”
En todo el disco se puede percibir el deseo de desnudar las canciones al máximo, de quitarle a las composiciones todo tipo de adornos y florituras innecesarias conservando la verdad de la canción, como si no pudieran haber sido compuestas de otra forma. La voz de Quique y su piano constituyen los elementos sonoros de la mayoría de los temas del álbum. De vez en cuando la guitarra sustituye al piano, y los violines de Edu Ortega y la guitarra de Carlos Raya ponen el toque final a los doce cortes del cuarto disco del cantautor.

El disco comienza con Kamikazes enamorados, un himno para piano y voz a esas personas que llevan sus ideas por bandera: “Habla de gente valiente e impulsiva, que se lanza a por las cosas. La canción va de ese clic que te hace tirarte a la piscina o echarte para atrás.” Piedras y Flores es una delicia de canción de amor en formato acústico en la que participa Pancho Varona en los coros. Es una de esas canciones que te transmiten tranquilidad al oírlas. El tercer tema del álbum es Palomas en la quinta – primera aparición de violines en el disco – dónde Quique nos relata como era un día cualquiera de su infancia. En Calles De Madrid nos encontramos con una de las grandes sorpresas que esconde este Kamikaces Enamorados: Rebeca Jiménez. La que en palabras del propio Quique es la “musa” de este disco pone su voz en está pequeña joya que dedica el autor a su ciudad. La admiración por Sabina queda latente en la letra: “Calles de Madrid, hasta tu barrio, últimas partidas en el futbolín, coche para ir al extrarradio, cantando alguna de Joaquín.”

Llegamos a Te lo dije, segundo de los temas en el que canta coros el gran Pancho Varona. Es claramente la canción más “folk” del disco con notables influencias de Bob Dylan. Esta canción estaba prevista que la cantara Sabina pero no pudo ser por compromisos del artista. Como él mismo explica estaba muy impresionado por la canción: “Llevo toda la vida escribiendo, componiendo... haciendo cosas al estilo Bob Dylan...y ésta canción es mucho más Dylan de lo que yo he hecho nunca... es la canción que me hubiera gustado escribir.”

Quique saca a relucir su armónica en Polvo en el aire, una muestra más de la labor de artesano que este cantautor lleva a cabo a la hora de crear su música. Una canción que rebosa sencillez y buen gusto. Acto seguido llegamos al interludio instrumental que es Siesta en la frontera dónde Carlos Raya demuestra su buen hacer creando bellas melodías con su guitarra. Deportado vuelve al minimalismo extremo de anteriores cortes con unos ligeros acordes de piano y la eléctrica acompañando una voz emocionada. Y con Suave es la noche se nos vuelve a presentar el espíritu más folk del disco. Acercándonos ya al final del álbum nos encontramos con otra emotiva pieza de piano y voz como es Dos Tickets. Los textos cotidianos de 7/11 (“Dame dos paquetes de Chester y una botellita de ron, creo que será suficiente, no tengo problemas de amor”) unidos a las soberbias melodías de la instrumental Nana hacen de éste un final insuperable para un disco que marcará un antes y un después en la música española.

Kamikaces Enamorados tuvo una acogida desigual por parte de algunos seguidores de Quique. Muchos decían echar de menos más Rock en las canciones.

El Rock no es una cuestión de volumen de guitarras eléctricas ni de ritmos rápidos de batería. El Rock no trata sobre romper los instrumentos contra el suelo en un concierto. El Rock es una actitud, la capacidad de hacer canciones que salgan de las entrañas, que no estén predeterminadas, que sean de verdad. El Rock es libertad, y Quique González demostró mucho de esto al dar ese gran salto al vacío que fue Kamikaces Enamorados creando un disco arriesgado y sincero que estará siempre escondido en alguna tienda de discos, esperando que alguien sin prejuicios cansado de canciones huecas lo descubra por primera vez.

Probablemente no, sin duda para mí, es el mejor disco de rocanrol editado en España.

martes, 14 de noviembre de 2006

Chica X vs Chica Y.

En estos últimos días, han entrado a formar parte de sus pensamientos mas libidinosos, la chica X y la chica Y, y como bien dice un camarada del Territorio Comanche, cuando nos enamoramos, traicionamos nuestra naturaleza, y escogemos a una entre el resto.

Y en este caso, el sujeto se decanta claramente por la chica X, al tratarse la chica Y, de esa chica, que cuando uno la conoce, hace que sus manos tiemblen, que se le nuble la vista y le sude el cerebro. Esa chica que le intimida violentamente con su mera presencia. Esa chica que cuando esta a menos de un metro de él, provoca a su boca, que no deja de soltar tonterías y más tonterías. Esa chica Y, con su cuerpo perfecto, con su tatoo a media espalda, que se esconde pero que se deja ver, soltando rienda a sus pensamientos mas inconfesables. Esa chica, que en medio de una reunión de viejos colegas, de años de Bacardis y Cafeína a primera hora de la mañana, hace que su vista no pueda apartarse de esos ojos azules - tal vez lo traicione su mala memoria - que le hacen derretirse vivo al momento, y lo atrapan en esa espiral sin sentido, que le hace hacer locuras por Ellas, que aunque se lo merecen, lo enganchan y la caída al final, siempre es la misma... Y de repente los 19 días le parecen breves, pero las quinientas noches una eternidad tan innecesaria como dolorosa.

Y así, el sujeto pone sus pies en tierra firme, y mira de reojo a la chica X. Si señores míos, la chica X. Esa chica tan antiY, que le hace creer, que salir del segmento de población, perteneciente a los tipos del montón, es un proyecto viable a corto plazo. Esa chica que entre las nueves y onces y medias de sus últimas semanas, hace que esas noches de días laborables sean el paraíso eterno frente al infierno de la diaria rutina del laburo. Que entre colchonetas y máquinas para hacer felices a tontos cuerpos Brad Pitts, le pide que la saque del lío en que acaban de meterse sus tobillos, entre los hierros de esas máquinas, que para el sujeto son un rosario diario de sufrimiento, pero que hacen que cada nueva noche el sujeto y la chica X, tengan esos momentos, casi obligados, de cultivo a sus cuerpos, en incómoda soledad, entre la población alborotada de la Pensión Del Culto Al Body.

Y al final de cada jornada, mientras la chica X, espera con el paquete de cigarrillos en la mano - que el sujeto salga en estado de ingravidez - a que se encienda alguno, contra prescripción facultativa, a la media hora, en un banco del jardín que adorna el portal de su Kelly. Entre coloquios sobre sus tremendas ganas por aprender a tocar la guitarra española, o los encajes entre sus universos musicales, o aquella primera vez que se conocieron años atrás, en que la chica X, pensaba que él se abrazaba con más gusto a una botella de Jack Daniels que al cuerpo de una dama… Para, de repente despedirse hasta la siguiente noche, y su cuerpo ya metido en vereda, arrancar el motor de su turbodiesel, maquinando en ese instante, que se equivocará otra vez, sí, otra vez, y las quinientas noches serán tan innecesarias como de costumbre pero igual de dolorosas que como tantas otras…

...mientras escucha Wild World, se mete al cuerpo un café insípido de máquina y sostiene entre los labios un Winston.

lunes, 13 de noviembre de 2006

Melomanía (II)

Janis Joplin.

Sus amigos la llamaban Perla. Fue una cantante visceral, una blanca sumergida en la pena negra del blues, una texana montada a lomos de un caballo desbocado, una mujer en el ojo del huracán de cambios sociales de los Estados Unidos de los 60. Janis Joplin, sin embargo, era también una persona tímida, sensible, constantemente necesitada de amor. Su vólcanica personalidad escénica compensaba las debilidades de la Janis de todos los días. Fue la única mujer en el olimpo del rock de la época. Representó, más que muchos otros, el alma de una revolución de las costumbres, de esa contracultura que buscaba un mundo más fácil de vivir, más divertido y menos envarado: más humano. Leonard Cohen compuso "Chelsea Hotel" pensando en ella. En otro hotel la encontraron muerta, sobredosis accidental de heroína fue el dictamen médico, en aquellos años difíciles que se cobraron tantas víctimas: Brian Jones, Jimi Hendrix, Jim Morrison...

Meses después de su muerte, se publicó Pearl, su obra póstuma e inconclusa, su versión de "Me and Bobby McGee", de Kris Kristofferson, llegó a lo alto de las listas, con una Janis tan vulnerable como enérgica en ese tema grabado en una sola toma.


Janis cantaba canciones de negros y tenía la voz de una negra, cantaba jugándose la vida... y la perdió.
Extraído de textos de Ricardo Aguilera.

viernes, 10 de noviembre de 2006

Discos del siglo XXI (I)

Rainy Day Music-The Jayhawks.

Escuchar este disco es como volver al año 72 y escuchar el Exile on Main Street de los Stones, aunque no podemos olvidar la primera guitarra, la de Stumbling through the dark, que parece sacada de cualquier canción de los Byrds. En realidad, no son nada innovadores, pero se agradece que alguien no se olvide de este viejo estilo de hacer música y lo traiga al siglo XXI con tan buen sonido. Las melodías de las canciones son el punto fuerte del disco, pero aunque el acompañamiento musical de guitarras, bajo y teclados sea sencillote, no deja de ser por ello más que acertado. Gary Louris no canta como si fuera un americano enchufado al Jack Daniel's, sino que está más cercano a un Tom Petty haciendo Free Fallin' o a Mick Jagger cantando Torn and Frayed. Tailspin recuerda a Bruce Springsteen cantando Badlands (su mejor canción, en mi modesta opinión). Ningún tema suena a "canción de relleno". Todos son excepcionales, aunque siempre hay algunos mejores que otros. Yo me decanto por Angelyne. O por Tampa to Tulsa. O por All the right reasons. O por Stumbling through the dark. No sabría decir cuál, ya véis. Para rematar el disco, una versión alternativa de la canción que lo abre. Esta vez sólo guitarra acústica y coros. Una joya.

Si os molan ya los Jayhawks, probad con el Gold de Ryan Adams, Steve Earle o Tom Petty. Si ya tuvisteis sexo con alguno de estos tres, pasaros a los chicos de Gary Louris. Este grupo y este disco son muy recomendables. El día que me case, quiero que pongan I'm gonna make you love me en la boda.

miércoles, 8 de noviembre de 2006

I know it's only rock and roll (but I like it)

Vuelve el que fuera voz y guitarra de los Platero y Tú con sus nuevos Fitipaldis y nuevo trabajo bajo el brazo. “Por la Boca Vive el Pez” resulta ser su cuarto trabajo de estudio, en esta ocasión lejos de “La Casa de Iñaki” y sin Batiz a las seis cuerdas. 13 cortes entre el pop, el blues y pequeños destellos de rock clásico para sus nuevos seguidores.

Arrancando el disco encontramos su ya más que famoso primer single que da nombre al disco: “Por la Boca Vive el Pez”, un tema más bien pop con ritmo sencillo pero pegadizo y letra siguiendo la línea de anteriores trabajos. Siguen “Me equivocaria otra vez”, un tema más bien monótono y que recuerda a demasiados temas ya publicados por los Fitipaldis, y “Como un Pollo sin Cabeza”, un tema de aires country intentando caer en gracia del oyente. El cuarto corte “Sobra la Luz” sigue la línea monótona y recae toda la importancia sobre la lírica para dar paso a “Viene y Va”, uno de los pocos temas que dan brillo al disco. “214 Sullivan Street”, como tema instrumental, sigue la línea de los instrumentales de cada uno de los discos de la banda. El séptimo tema “Donde todo empieza” resulta ser el hermano gemelo de “Soldadito Marinero”, el tema estrella de “Lo más lejos a tu lado”. Siguiendo a éste encontramos una peculiar versión del “Deltoya” de Extremoduro al más puro estilo “La Gran Bola de Fuego” para dar paso a “Acabo de Llegar”, otro tema monótono sabor Fitipaldis. Siguiendo la línea del tema instrumental encontramos “No soy Bob Diddley”, un tema que pretende caer en gracia antes de llegar a “Medalla de Cartón”, un tema exactamente igual que “La Casa por el Tejado”, primer single de “Lo Más Lejos a Tu Lado”. Ya cerrando el plástico encontramos “Esta Noche” y “Abrazado a la Tristeza”, este último compuesto para el disco de Extrechinato y Tú que será el tema que seguramente agradará más a los viejos seguidores de Fito & Fitipaldis.

En definitiva un disco muy en la línea de “Lo Más Lejos, A Tu Lado”, pero repitiendo una y otra vez las mismas ideas, las mismas melodías y los mismos ritmos. Un disco que a pesar de contener temas de enorme calidad, en su global deberíamos tacharlo de insuficiente y dedicado un poco a los nuevos seguidores de Adolfo Cabrales y los 40 Principales.

Vícktor Valles www.todorock.net

Claro, claro, en este mundo de triunfitos y música precocinada, todos los temas de fito y sus fitipaldis, son muy fitipaldis y más de lo mismo, acaso deberían sonar a flamenco, para decir entonces, fito se reinventa y nos ofrece un disco totalmente distinto a lo que nos tenía acostumbrado, y olé sus huevos, por arriesgarse (aún a riesgo de morirse de hambre en los siguientes meses). Por cierto, dónde esta la lista para desapuntarse de los viejos seguidores, que voy corriendo ya a desapuntarme...

martes, 7 de noviembre de 2006

Motivos para la esperanza.


De los creadores de obras como Hollywood Town Hall, Tomorrow The Green Grass, Sound Of Lies o Rainy Day Music nos llega un concierto de "reunión". Un concierto para la esperanza. ¿Volverán a reunirse The Jayhawks? Según ellos mismos no, aunque no es un no rotundo como era antes. Bueno ya veremos. El concierto lo dieron Gary Louris y Mark Olson bajo el nombre de "Mark Olson and Gary Louris Together Again Tour", imaginativo donde los haya. Lo que se puede escuchar en este concierto es pura magia. Quién no los haya escuchado jamás pues ya se puede hacer una idea de lo que son Jayhawks con este concierto y para cualquier fanático de la banda ya sabrá lo que hay aquí. El setlist es impresionante: Blue, Pray For Me, Say You'll Be Mine, Bad Time y así hasta 23 canciones....


El tour constó de pocas fechas, en este 2006 (aunque en 2005 ya hicieron algo similar), fueron estas:

04/28/06 - Tucson, AZ - Rialto Theater
04/29/06 - Flagstaff, AZ - Orpheum Theater
05/01/06 - West Hollywood, CA - Troubadour
05/02/06 - West Hollywood, CA - Troubadour
05/03/06 - Solana Beach, CA - Belly Up Tavern
05/06/06 - Santa Cruz, CA - Rio Theatre
05/07/06 - San Francisco, CA - Great American Music Hall
05/08/06 - San Francisco, CA - Great American Music Hall
05/10/06 - Eugene, OR - John Henry's
05/11/06 - Portland, OR - Aladdin Theater
05/12/06 - Seattle, WA - The Showbox


Gary Louris & Mark Olson - Live 6 May 2006 Santa Cruz CA

Set List:1. Pray For Me 2. I'd Run Away 3. Sister Cry 4. Two Hearts 5. Over My Shoulder 6. See Him On The Street 7. Nothing Left To Borrow 8. Clouds 9. Settled Down Like Rain 10. Angelyne 11. Cotton Dress 12. Say You'll Be Mine 13. Ann Jane 14. Save It For A Rainy Day 15. Miss Williams' Guitar 16. Precious Time 17. Waiting For The Sun 18. Blue

Encores: 19. Applause 20. December's Child 21. Tailspin 22. Two Angels 23. Crowded In The Wings 24. Bad Time

May 6, 2006 Rio Theatre Santa Cruz, CA

Noticia extraída de http://hard-rock-cafe.blogspot.com

lunes, 6 de noviembre de 2006

Joyas musicales de los 90 (I)

Jeff Buckley."Grace".

Un compañero de trabajo me dijo un día que Grace era uno de los mejores discos de los años 90. Desconfié entonces. Y no era una cuestión de elitismo barato; he caído a menudo en la tentación de probar fortuna musical en la tierra de esos listados que dicen, recomiendan o señalan cuáles son las canciones o discos de éxito. Alguna sorpresa maravillosa hubo, aunque escasas, pero así llegué a esta colosal obra de Jeff Buckley, músico inmortal pese a haberse dejado la vida en aguas de un maldito río de Memphis cuando tenía por delante la vía láctea en forma de pentagramas y retos musicales. No llegó a cumplir los 31. Algunos osaron a decir que se había suicidado. Estupideces. Quienes mejor le conocían saben que sólo una desgracia pudo terminar con una de las voces y mentes más prometedoras que deambulaban por las tierras de Elvis.
En Grace, que vio la luz el 23 de agosto de 1994, queda expuesto el talento que supuraba aquel joven músico que había saboreado los ritmos del reggae antes de ponerse a descubrir nuevos sonidos en el rock. Era hijo de Tim Buckley, cantante ecléctico de cierto éxito en las décadas de los 60 y los 70 que falleció antes de llegar a la treintena a causa de las drogas, y Mary Guibert. . Estudió música en Los Angeles. En 1990 se trasladó a Nueva York y allí hizo su debut en público. En Manhattan conoció a Gary Lucas, un guitarrista con el que firmaría dos (Mojo Pin y Grace) de los temas del disco, el único de estudio y completo que llegó a publicarse. Cuando Grace irrumpió en el mercado nadie pareció valorar el trabajo de Buckley. Paradójicamente, el tema Last Goodbye fue el único que sonó en emisoras de radio más o menos comerciales, como una especie de premonición. Años más tarde, fue incluida en las BSO de Vanilla Sky, un engendro cinematográfico protagonizado por Tom Cruise. Pero, de repente, pareció que las críticas de las publicaciones más prestigiosas y los comentarios de grandes músicos como Bob Dylan, Jimmy Page y Paul McCartney alabando el disco, abrían los ojos a miles de aficionados a la música. Grace se convirtió en un hallazgo increíble, en un referente, en una joya que cuidar, en un disco habitual en los ránkings de mejores discos, no ya de los 90, sino de la historia del rock. Pero si hay una canción en ese álbum que se haya ganado los mayores elogios ésa ha sido Hallelujah, una versión del clásico de Leonard Cohen. Es una canción enigmática, repleta de tintes bíblicos y metafóricos (o sea, doblemente metafóricos). La voz de Jeff Buckley acaricia cada sílaba, cada nota, es capaz de contagiar la sensibilidad y el pudor con el que interpreta de manera magistral esa palabra hebrea. No sé si se podrá cantar con el corazón, pero si fuera posible, Jeff Buckley sería un maestro en tal arte, y Hallelujah un verdadero paradigma. Aquel compañero de trabajo se había quedado corto. Y por su puñetera culpa, cada dos por tres se me agolpan las lágrimas en mis mejillas, emprendiendo locas carreras por perderse en el abismo mientras suena ese Hallelujah tristón, tenue, como la llama de una vela que amenaza con apagarse pero siempre sobrevive a las corrientes. Quizá una corriente fuera lo que motivara la muerte de Jeff en aquel Río Lobo, lobo traicionero, pero su música y su voz permanecen en cada llama, y en cada una de las lágrimas que se agolpan en mis mejillas.


domingo, 5 de noviembre de 2006

El escribiente errante...

En el territorio comanche todos tienen arte en el canallesco oficio de escribir, menos el que se encuentra en estos momentos intentando arrancar unas líneas, si acaso justificando su grave incapacidad para enfrentarse ante un folio en blanco, por eso seguirá tirando de imaginación y hurtando cosas de aqui y de allá, poniendo especial enfásis en su amor por la música. Sin más, perdonen las torpezas de este escribiente errante, y aquí les deja un comentario sobre un disco que no puede faltar en ninguna biblioteca musical que se precie, y al que abajo firma le hubiera gustado escribir, y sin embargo sólo traslada a su disparadero particular.
Joyas musicales de los 90 (I)

jueves, 2 de noviembre de 2006

Pequeñas Obras Maestras (Octubre)


  • Blowin' In The Wind - LIVE 1975: The Rolling Thunder Revue - Bob Dylan
  • Cheap Hotel - Blue Boy - Ron Sexsmith
  • Come On Louann - Soul Surfing - Elliott Murphy
  • The Sidewinder Sleeps Tonite - Automatic For The People - R.E.M.